Sin embargo, este no se trata de un consultorio psicológico, sino de un punto de unión entre la escuela y las familias.
Entonces, respondiendo a la cuestión de si son beneficiosas o no, considero que sí lo son, tanto para padres como para el profesorado ya que el aprendizaje de los padres repercute en el entorno social y físico de sus hijos, también se produce una mejora en la relación entre los hijos y los padres ya que estos conocen más su entorno y también aprenden a tratar mejor a sus hijos y a facilitarles el aprendizaje.
Mis compañeras que han expuesto este trabajo han nombrado los colegios que tienen escuela de padres y creo que son muy pocos los que la tienen y se debería dar más visibilidad a éstas y proponerlas en todos los colegios para que se mejore la relación entre padres, hijos y escuela.
A modo de síntesis, como hemos visto, las escuelas de padres requieren de toda la comunidad educativa y no solo de los padres.
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